La férula Michigan es una férula de descarga que se utiliza para tratar el bruxismo, la maloclusión y la corrección de la mordida.
Actualmente, los hábitos de vida y el estrés al que estamos sometidos ocasiona ese "rechinar de dientes", sobre todo cuando dormimos. Además del desgaste que produce en las piezas dentales, provoca problemas maxilofaciales cuyas consecuencias pueden ser migrañas y cefaleas matutinas. La férula Michigan previene dicho desgaste y permite la relajación muscular mandibular.
Es una férula semirrígida y se fabrica con resina acrílica a la medida de cada paciente, previa elaboración de un molde, de tal manera que todas sus piezas dentales encajen perfectamente en la férula y mantengan la posición correcta. Normalmente se coloca solo en la arcada superior, cubriéndola total o parcialmente.
Actualmente, los hábitos de vida y el estrés al que estamos sometidos ocasiona ese "rechinar de dientes", sobre todo cuando dormimos. Además del desgaste que produce en las piezas dentales, provoca problemas maxilofaciales cuyas consecuencias pueden ser migrañas y cefaleas matutinas. La férula Michigan previene dicho desgaste y permite la relajación muscular mandibular.
Es una férula semirrígida y se fabrica con resina acrílica a la medida de cada paciente, previa elaboración de un molde, de tal manera que todas sus piezas dentales encajen perfectamente en la férula y mantengan la posición correcta. Normalmente se coloca solo en la arcada superior, cubriéndola total o parcialmente.
Para su fabricación, vaciamos los modelos y los articulamos. Aliviamos con una capa de cera las caras vestibular, palatina, lingual y oclusal de los dientes para que no se pegue el acrílico y se dañe al extraerlo.
Colocamos una plancha de cera alrededor de las caras palatina y vestibular del modelo superior, comprobando que el articulador cierre sin ningún tipo de interferencia entre cera y maxilar inferior. Pegamos la plancha de cera rosa y tapamos cualquier orificio por donde pueda salir el acrílico. Llevamos a la olla polimerizadora para que no salgan burbujas. Aplicamos el polímero y monómero, echando más acrílico en la parte incisal. Cerramos el articulador para que tome la forma de los dientes.
Volvemos a introducir en la olla y después, cogemos la marca de una cúspide como punto de referencia en los molares, la que más se marque, punteándola con un lapicero. Esta marca debe estar siempre visible. Colocamos papel articular y hacemos una mordida con el articulador, consiguiendo la marca de todos los puntos donde los dientes tocan el acrílico. Fresamos, desbastamos dejando un grosor de 3 mm sin bultos. Lijamos, pulimos con el cepillo rotatorio y piedra pómez hasta que no quede ninguna imperfección. Para terminar, abrillantamos y desinfectamos.
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